Se inicia con Descartes, que es el iniciador de una teoría
llamada racionalismo.
Se dice por criterio de certeza a ese punto de referencia que nos permite saber cuando un conocimiento es verdadero o no lo es. Todos los filósofos tienen un criterio de certeza en el que se apoyan para construir sus teorías filosóficas.
Para Descartes el criterio de certeza es la evidencia racional: “Una idea es verdadera cuando es evidente a la razón”. Es evidente cuando se presenta tan clara y distintivamente a nuestra razón que no ofrece lugar a dudas. Descartes se apoya en las matemáticas. Si aplicamos éste criterio nos encontramos con la siguiente relación: Él cree que lo que distingue al hombre de los animales no es el cuerpo sino el alma. Él argumenta que el alma es una verdad existente a la razón y por lo tanto no se puede dudar de su existencia. Identifica el alma con nuestro yo (nuestra alma). Todos los hombres tienen conciencia de sí mismos y a esa conciencia la llama alma. Por lo tanto él distingue dos elementos en el hombre (teoría o concepción dualista). El yo lo interpreta Descartes como una conciencia no vacía sino llena de contenido (ideas), una conciencia continente, llena de ideas que tengan cualquier contenido de conciencia. Todo lo que ocurre en mí de lo que yo soy consciente es una idea, las ideas son sensaciones de las que yo soy consciente. Distingue entre el yo y las conciencias de mi yo. El yo es invariable, una realidad permanente que no cambia, lo que cambia son las sensaciones, las conciencias. El yo o el alma la define como “res cogitans” o sustancia pensante. Al cuerpo lo llama “res extensa” o sustancia extensa, que ocupa un lugar. El hombre es, por tanto, un compuesto de sustancia pensante y sustancia extensa, la existencia del alma no necesita demostración sino que se conoce por intuición de una manera directa.
Se dice por criterio de certeza a ese punto de referencia que nos permite saber cuando un conocimiento es verdadero o no lo es. Todos los filósofos tienen un criterio de certeza en el que se apoyan para construir sus teorías filosóficas.
Para Descartes el criterio de certeza es la evidencia racional: “Una idea es verdadera cuando es evidente a la razón”. Es evidente cuando se presenta tan clara y distintivamente a nuestra razón que no ofrece lugar a dudas. Descartes se apoya en las matemáticas. Si aplicamos éste criterio nos encontramos con la siguiente relación: Él cree que lo que distingue al hombre de los animales no es el cuerpo sino el alma. Él argumenta que el alma es una verdad existente a la razón y por lo tanto no se puede dudar de su existencia. Identifica el alma con nuestro yo (nuestra alma). Todos los hombres tienen conciencia de sí mismos y a esa conciencia la llama alma. Por lo tanto él distingue dos elementos en el hombre (teoría o concepción dualista). El yo lo interpreta Descartes como una conciencia no vacía sino llena de contenido (ideas), una conciencia continente, llena de ideas que tengan cualquier contenido de conciencia. Todo lo que ocurre en mí de lo que yo soy consciente es una idea, las ideas son sensaciones de las que yo soy consciente. Distingue entre el yo y las conciencias de mi yo. El yo es invariable, una realidad permanente que no cambia, lo que cambia son las sensaciones, las conciencias. El yo o el alma la define como “res cogitans” o sustancia pensante. Al cuerpo lo llama “res extensa” o sustancia extensa, que ocupa un lugar. El hombre es, por tanto, un compuesto de sustancia pensante y sustancia extensa, la existencia del alma no necesita demostración sino que se conoce por intuición de una manera directa.
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