Los filósofos modernos fueron muy influidos por los avances de
la ciencia experimental y la matemática, por lo que intentaron desarrollar ideas
que concordaran con esos conocimientos. Esta búsqueda planteo la postulación del
sujeto cognoscente, como el fundamento de la realidad.
El conocimiento de la metafísica en la época moderna se
caracterizo por ser a priori es decir, que deriva solo de la razón,
para que se diferenciara del conocimiento a posteriori, que lo hace
solo de la experiencia.
Con Descartes se inicia este periodo y se inaugura la
subjetividad, que planteaba la necesidad de postular un principio de verdad para
postular una verdad. El yo-pienso, se convierte en el primer principio indudable
de la nueva filosofía. La metafísica dará en teórica crítica del conocimiento, y
la ontología no tratará el ser, sino de la idea del ser.
El racionalismo será la primera corriente filosófica que se
desarrollara en este siglo, y a su vez esta desencadenara otras corrientes que
serán muy importantes en el pensamiento moderno y que culminaran con el
pensamiento de Kant, Hegel y Comte. Este trata acerca del conocimiento a
priori, principios derivados del conocimiento de la razón. Se subdividirá
en el monismo y en el dualismo. El monismo será una corriente que creía que solo
existía una sustancia básica, el “monismo idealista” sostenido por el irlandés
George Berkeley decía que la sustancia es mental; el “monismo materialista”
aseguraba que solo es física, y era seguido por el inglés Tomas Hobbes, y el
“monismo neutro” afirmaba que la materia no es ni solo mental ni solo física, y
era seguido por el holandés Baruch Spinoza. Este último filósofo expuso una
visión panteísta de la realidad en la que el universo es similar a Dios y cada
cosa lo contiene a Él.
El dualismo será la corriente liderada por Descartes, según el
cual el cuerpo y el alma son unidades diferentes (substancialmente unidas en el
hombre) y constituyen las únicas sustancias del universo. Para Descartes, la
metafísica es una prima philosophia, que trata de cuestiones de la
existencia de Dios y la distinción real entre el alma y el cuerpo del
hombre.
Todas las corrientes racionalistas creían que la realidad es de
carácter racional y que el criterio para llegar a la verdad estaba en la
conciencia.
La corriente contraria al racionalismo se llamo empirismo, esta
consideraba los sentidos como el criterio más adecuado para llegar a la verdad.
Según esta, son las sensaciones las que componen las ideas y por lo tanto la
realidad solo e perceptible mediante los sentidos. Estas doctrinas se derivan
del conocimiento a posteriori, para la cual este no es una
representación de la realidad sino solo un reflejo de las percepciones humanas.
Para los empiristas, toda especulación que no derivara de la experiencia era un
sinsentido u por lo tanto la metafísica tradicional no aportaba ningún contenido
real. De esta corriente se destacan David Hume, John Locke y George
Berkeley.
De esta época al principio de la modernidad, muchos autores
rechazaron a la metafísica como ciencia por ser una realidad trascendente, y que
contrariaba los principios de realidad objetiva que caracterizaban la época. Se
destaca el caso de Hume, quien dijo que todo conocimiento en conocimiento de
hechos o de relaciones de ideas deja sin base el conocimiento de cualquier
objeto metafísico y que por lo tanto la metafísica no existe. Augusto Comte.
También escribió: “La metafísica, como la teología, trata sobre todo de explicar
la naturaleza íntima de los seres, del origen destino de las cosa..., pero en
lugar de operar con los agentes sobrenaturales propiamente dichos, los reemplaza
cada vez más por esas entidades o abstracciones personificadas, cuyo cuso
verdaderamente característico a permitido designarla con el nombre de
ontología”
Estas corrientes derivaron en Kant, quien creo una filosofía crítica distinta llamada “trascendentalismo”. Su obra es agnóstica pues niega la posibilidad de un conocimiento estricto de la realidad última, es empírica pues afirma que el conocimiento deriva de los sentidos y es racionalista pues mantiene el carácter a priori en estos principios empiristas. El sin embargo distingue otro propósito distinto al de estas vías filosóficas; definir los límites del conocimiento humano o encontrar las condiciones de la posibilidad de conocimiento en general. Inmanuel Kant trata de negar la metafísica para “fundarla” ante la crítica, y demuestra que no hay posibilidad de juicios sintéticos antes de la experiencia en metafísica. Por este punto la metafísica se convierte de una ciencia teórica, a una razón práctica, en la cual es más una realidad moral que una ciencia.
Para Kant los conocimientos de la razón son necesarios para aplicarlos a la experiencia, ya que solo en esta se manifiestan, así ya sean anteriores. Para el de las cosas solo podemos conocer sus impresiones en cada uno de nosotros, a esto es lo que llamó fenómeno. Esto es lo que nuestra cabeza descubre a partir de la experiencia que no son sino datos o intuiciones del ser. La lógica de estos racionamientos es la que hace a la experiencia trascendental, tanto a la real como a la posible. Lo que Kant quería demostrar es que el conocimiento solo era alcanzable en los terrenos de la experiencia, y que por lo tanto la razón estaba delimitada por esta; el error estaba en que la razón fuera tomada como las ideas constitutivas de las cosas, cuando no eran más que ideas regulativas. La metafísica debía tener un “uso”, servir para la vida practica, para la moral. Las ideas no debían dar razón de la existencia; si más bien regular el conocimiento humano.
La filosofía a partir de esto empezó a conocerse como epistemología. Kant también intento reconciliar ciencia y religión, realizando una critica desde la lógica, para llegar a un mundo de dos niveles; este mundo incluye los moumena, objetos concebidos por la razón pero no percibidos por los sentidos, y los phenomena, las cosas tal y como aparecen en los sentidos y que son accesibles al estudio material. En este orden, Dios, la libertad y la inmortalidad humana son para Kant son realidades moumenales que se asimilan a través de la fe moral y no del conocimiento científico.
En el siglo XIX los críticos del kantismo tomaron dos vías
opuestas respecto a la metafísica, que revivieron el problema del ser; el
idealismo y el positivismo.
El idealismo negó la crítica de Kant en sus explicaciones a la
metafísica trascendental y rechazaron el concepto de las cosas en-sí-mismas,
este movimiento fue liderado por Wilhelm Friedrich Hegel, quien consideraba
incorrecta la teoría de que la realidad última no puede ser entendida. También
creía que los mayores logros del espíritu humano (ciencia, cultura, religión y
estado) no son resultados de procesos mentales que se dan naturalmente sino que
son concebidos y mantenidos por la dialéctica. Hegel consideraba al ser como
devenir, un movimiento continuo del cual la razón pretendía explicar las
estructuras lógicas. La realidad esta constituida por relaciones de negación.
Para continuar en movimiento y cambiar de una cosa a otras, se debe renunciar a
lo que se es anteriormente para conseguir ser algo distinto. La realidad, es el
cambio de las cosas en la negación de unas con otras. El pensamiento es el único
capas de reducir este problema para poder comprender las relaciones entre
contrarios, por esto supera el devenir y se convierte en el ser mismo de la
realidad, por lo que esta comienza a ser solo en el pensamiento. Hegel intenta
construir una filosofía capaz de explicar la naturaleza y el hombre, el pasado y
el futuro, toda la realidad de forma absolutamente completa. De el idealismo
derivan otras teorías metafísicas, como el la época prekantiniana. Entre estas
últimas teorías metafísicas sobresalen el empirismo radical o pragmatismo
(modalidad metafísica expuesta en Estados Unidos por Charles Sanders Peirce,
desarrollada por William James y adaptada como instrumentalismo por John Dewey),
el voluntarismo (cuyos máximos representantes fueron el filósofo alemán Arthur
Schopenhauer y el estadounidense Josiah Royce), el fenomenalismo (patente en los
escritos del pensador francés Auguste Comte y del filósofo británico Herbert
Spencer), la evolución emergente o evolución creativa (definida por el francés
Henri Bergson) y la filosofía del organismo (elaborada por el matemático y
filósofo británico Alfred North Whitehead.
La otra corriente filosófica importante derivada de las ideas
de Kant es el positivismo. Las ideas de Comte son contrarias a las de Hegel y
expresan que lo único real y existente es lo que puede ser experimentado, medido
y catalogado a través del método científico.
Esto quiere decir que las preposiciones de la metafísica son
verdaderas, pues no derivan de la experiencia. Según Comte, la metafísica es un
modo de conocer propio de una época de la humanidad, donde las ilusiones de la
razón que no tienen base en la realidad positiva, son rechazadas y olvidadas. La
metafísica es un modo de conocer propio de una época de la humanidad, destinado
a se superada por la época positivista.
Durante la época moderna, la metafísica sufrió muchas
diversificaciones de filosofías que la exaltaron y la humillaron, que la
relevaron o que la tomaron como centro de su filosofía. Sin embargo, podemos
llegar a la conclusión de que a pesar de esto la metafísica es y será uno de los
temas más importantes de la filosofía, bien porque se considere el más
importante, o bien porque se resista y se pretenda dejar de lado.
Mucho texto
ResponderEliminarJAJAJA
Eliminar¡¡Fue de muchísima ayuda, gracias!!
ResponderEliminarCuáles son las escuelas de la edad moderna?
ResponderEliminarsuper
ResponderEliminarXD
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