I. EL IDEALISMO
A.
DEFINICIÓN
Fue Leibniz quien
empleó el término idealista al referirse a Platón y a otros autores para
quienes la realidad es la forma o la idea.
Estos autores
idealistas o formalistas sostienen doctrinas diferentes de las ya propuestas
por otros autores, como por ejemplo, Epicuro, calificado de materialista.
La filosofía
idealista de la época moderna se funda igualmente en las ideas, aunque el
significado moderno de la idea no siempre es igual al del platonismo, pero no
podemos separarlo de su sentido antiguo.
Algunos autores
consideran que es un error atribuir a Platón la paternidad del idealismo, ya
que aunque en Platón hay una teoría de las ideas, es un idealismo
exageradamente realista. El idealismo
como doctrina se contrapone al realismo y reduce lo que podemos percibir por
medio de los sentidos y que es accesible al mero pensamiento, ya que para esta
corriente lo que aún no puede verse, puede ser comprendido. “El idealismo pretende reducir el mundo a una
actividad del espíritu... pretende identificar lo real con lo racional, el
objeto con el sujeto o conciencia”.
B.
REPRESENTANTES
1. Platón
Pensamiento. Platón toma el método de Sócrates,
complementándolo muy pronto en doble sentido.
Para Platón “sobre las cosas nascentes y perecederas tenemos
conocimiento sensible, opinión; de lo que es, de la realidad consistente, podemos
alcanzar conocimiento inteligible, ciencia.
En el área de la ciencia hay dos grados de conocimiento: El razonamiento
o razón, que tiene por objeto los seres matemáticos, los números que, aunque
universales, se concretan y realizan en
los seres particulares, y el conocimiento filosófico o inteligencia, que
mediante la dialéctica, asciende a la contemplación intuitiva de las ideas, es
decir, de las esencias absolutas o realidades incondicionadas”.
En realidad, resulta
bastante difícil explicar el pensamiento de Platón de acuerdo al concepto común
de filosofía. Platón busca dar respuesta
a un gran conjunto de problemas que ya venían siendo planteados desde los
presocráticos, pero que al ser iluminados con su genio adquieren un sentido
nuevo y más profundo.
Para él la filosofía
es una empresa en la cual entra en juego el destino último del hombre, ligada
con la virtud. Platón “propende más bien
a afirmar que el hombre puede conocer verdaderamente, y trata ante todo de
averiguar cuál sea el objeto genuino del conocimiento”.
Platón heredó de Sócrates,
su maestro, la convicción de que es posible el conocimiento, entendiendo éste
como un conocimiento objetivo y universalmente válido. En su obra “El Teeteto” el método de Platón
consiste en procurar dialécticamente una clara exposición de la teoría del
conocimiento.
Sin duda alguna todo
el pensamiento de Platón, al igual que toda su vida, gira en torno a un fuerte
esfuerzo, hacia lo absoluto y trascendente.
“Para Platón el objeto del verdadero conocimiento ha de ser estable y permanente,
fijo, susceptible de definición clara y científica”.
2. Renato Descartes.
Pensamiento. Es obvio que el objetivo fundamental
de Descartes fue el logro de la verdad filosófica mediante el uso de la
razón. Se interesó por la elaboración de
un método, ya que para él no basta con tener talento, sino que hay que aprender
a emplearlo bien.
Descartes en su
filosofía, siempre trató de excluir las impresiones y el conocimiento por
sentidos, ya que según él, para llegar a una verdad es indispensable alejarse
totalmente de los sentidos y recluirse únicamente en su interioridad
intelectual para así, por medio de la razón, llegar a una verdad y preservarse
de error.
Al buscar la verdad
se queda únicamente con la razón, ya que esta funciona desligada de todo el
mundo de la experiencia, partiendo de manera rigurosa de ideas claras y
distintas. Parte de la idea para llegar
a la realidad.
Para Descartes
existen tres clases de ideas y elige de entre ellas una que le de más seguridad
al filosofar, para que sea fundamento sólido y tomarla como punto de partida de
su deducción:
Las ideas adquiridas
provienen de la experiencia sensible de la enseñanza o el trato con los
demás. “Descartes niega que los sentidos
conozcan ni la validez de los conocimientos, pero prescinde de ellos, porque no
les considera absolutamente seguros ni ciertos”.
Ideas artificiales o
elaboradas por nosotros mismos, por medio de la imaginación.
Ideas naturales o
innatas, que no provienen de los sentidos ni han sido elaboradas por nosotros,
sino que provienen de Dios. Éste las infunde directamente en nuestro
entendimiento. “Son evidentes,
intuitivas... y verdaderas, porque proceden de Dios y están garantizadas por su
verdad”.
La intuición es una
percepción directa de las ideas que excluye toda duda y error. La intuición hace presente las ideas a la
inteligencia, y esta intuye directamente a sí misma y a sus propias ideas.
3. Nicolás Malebranche
Pensamiento. Es cartesiano en el orden expositivo del
sistema. Para él tampoco las ideas
proceden de los objetos, ni son producidas por el sujeto. Un espíritu finito jamás pude ser sujeto de
ideas infinitas: “todas nuestras ideas claras están en Dios, en cuanto su
realidad inteligible”. El único que goza
de una perfección no inferior a la inmutabilidad, necesidad, eternidad e
infinitud de las ideas es Dios. Para él,
Dios es quien hace que la persona conozca las cosas inaccesibles.
4. Godofredo Guillermo Leibniz
Pensamiento. Define la sustancia como todo centro de
fuerza, de energía y de actividad. Para
él las sustancias son infinitas y conforman la estructura metafísica de los
seres, las cuales él llama “Mónadas”:
“La mónada no tiene partes, no posee extensión, figura ni divisibilidad. Una cosa no posee figura a menos que sea
extensa, ni puede ser divisible a menos que posea extensión. Pero una cosa simple no puede ser extensa,
puesto que simplicidad y extensión son incompatibles”.
Las mónadas son los
principios constitutivos de las cosas.
“La monadología permite resolver
para Leibniz los problemas de las ideas innatas, que fueron
determinantes para la especulación filosófica de siglo”. De hecho, acepta el empirismo el cual
sostiene que nada hay en el entendimiento que no haya pasado por los sentidos,
y esto rige para todo, menos para el mismo intelecto.
5. Emmanuel Kant
Pensamiento. Dice que “nuestro conocimiento deriva en el espíritu de dos fuentes
fundamentales: la primera es la receptividad de las impresiones; la segunda, la
facultad de reconocer un objeto por medio de estas representaciones”.
El pensamiento,
entonces, resulta de la conjunción de ambas facultades. Intuición y concepto conforman todos los
elementos de nuestro conocimiento. La
idea kantiana es la posibilidad de la existencia que determina el uso del
entendimiento en el conjunto de la experiencia completa.
6. Juan Teófilo Fichte
Pensamiento. Para Fichte el idealismo es toda
filosofía que parte de una reflexión
sobre la realidad, aunque estrictamente hablando, idealismo es el sistema que
niega la existencia de las cosas fuera del pensamiento. Es con él con quien irrumpe el idealismo en
la filosofía alemana, al exaltar el yo humano rompe las barreras del
racionalismo crítico.
“Sostiene que el
principio de la realidad es el yo, el cual construye la parte formal y material
de conocimiento. Todo lo que se le ponga
al yo es creado por el yo. La realidad
es deducible del yo”.
Para Fichte lo real
es el producto de la actividad subjetiva y el ser está fundado en la
inteligencia: “el primer principio de la filosofía es precisamente este yo puro
o trascendental”.
7. Federico Guillermo José Schelling
Pensamiento. Schelling es quien da el paso del
idealismo subjetivo al objetivo, acentúa ya la idea del absoluto. Para él “el sistema completo de la ciencia
parte del yo absoluto”. Propiamente, la
inteligencia sólo capta lo inteligible.
Para él, no caben más
que dos filosofías: dogmatismo, que admite las cosas en sí; y el idealismo, que
sólo admite contenidos de conciencia.
8. Jorge Guillermo Federico Hegel
Pensamiento. En Hegel la filosofía es ciencia del
hombre sobre el absoluto mismo.
"Pensar es distinto de conocer.
Conocer es conocer lo que las cosas son; tiene un momento esencial que se refiere a las
cosas... ". Hegel distingue la mera
información (historia) y el conocimiento conceptual, en el cual yo tengo los
conceptos de las cosas (esto serían las ciencias en las que hay un efectivo
saber). Pero hace falta un saber
absoluto.
La dialéctica del
espíritu según Hegel, atraviesa una serie de estadios antes de llegar al saber
absoluto. Para él el sujeto es un
espíritu que se sabe a sí mismo.
La filosofía del
espíritu sigue al "Ser en sí" (Idea), que ha
retornado de su Ser otro a través de las etapas del Espíritu Subjetivo,
Objetivo y Absoluto. El sistema
representa el autodesenvolvimiento del Espíritu Absoluto hasta su realización
en la totalidad de la realidad, mediante un proceso dialéctico de tesis,
antítesis y síntesis.
C.
CLASES DE IDEALISMO
1. Idealismo Absoluto. Lo que la teoría de la ciencia
pretende hacer es desarrollar el sistema de las formas necesarias de
representar y conocer, queriendo ser así,
una filosofía primera u ontología fundamental. A eso era lo que en definitiva quería llegar
Kant, con su deducción trascendental de los conceptos puros del entendimiento.
En cierta forma
Fichte se ubica en ese punto del pensamiento de Kant, que de hecho quiere
completar, "ya que a su juicio Kant se ha quedado a medio
camino". Según Kant, Fichte, ha
tomado las categorías de la experiencia, y que de ninguna manera podrá
demostrar que dichas categorías forman "el sistema de las formas
necesarias del obrar" y que son únicamente manera de inteligencia
pura. Lo que expresa Fichte es algo
exacto.
En Fichte el espíritu
lo es todo. Nos encontramos así con la
premisa fundamental del idealismo absoluto, una definida filosofía del
espíritu: "Lo absoluto es la idea universal y única que, juzgando y
discerniendo, se especifica en el sistema de las ideas particulares". Idealismo Absoluto es pensar, ser y verdad, todo es parecido con el
espíritu. En Hegel este idealismo es
expuesto diciendo que todo proviene de la Idea
y de su devenir.
2. Idealismo Subjetivo. El punto de partida lo constituye el
Idealismo de Kant; pero es el Kant de la Razón Práctica el que se revela a
Fichte como el verdadero Kant. No le
interesa a Fichte el ser y el cosmos, ya que Kant vio en el hombre el valor
absoluto. El hombre lo es todo. El YO de Fichte es la fuente originaria de
todo ser cósmico. El Idealismo de Kant
era un idealismo crítico, para Fichte era trazar unas fronteras para el YO
cognoscitivo y volitivo donde no hay límites; por esto llamamos subjetivo a
este idealismo que reduce al sujeto todas y cada una de las cosas, que lo es
todo.
Kant vio en el hombre
un valor absoluto, pero para él habría algo más que el hombre, ahora el hombre
lo es todo. "El Yo de Fichte es la
fuente originaria de todo el ser cósmico".
3. Idealismo Objetivo. Schelling descubre tras el ser, el
espíritu, como auténtico ser y fuente del devenir. Pero siendo este espíritu independiente de
nuestro "Yo". Es de esta forma
que llegamos al idealismo objetivo, expuesto principalmente por Schelling.
Schelling partió del
yo infinito de Fichte y de la sustancia Spinociana para armonizarlos con su yo
Absoluto, dando origen al principio de infinitud objetiva. La proposición de la cual parte toda ciencia
es: “Yo soy yo”. No hay sujeto sin
objeto ni objeto sin sujeto y su enlace es la representación, pues el yo
absoluto debe ser pensado. El papel
principal de la filosofía es resolver el problema de la existencia del mundo, y
este sólo se resuelve teniendo en cuenta la identidad entre sujeto y objeto
cuya distinción debe trascender el absoluto.
4. Idealismo Trascendental. En el apriorismo de la forma vio Kant
el carácter revolucionario de su filosofía.
Hasta ahora se admitió que todo nuestro conocimiento tenía que regirse
por los objetos; Kant invierte los términos estableciendo que los objetos se
han de regir por nuestro conocimiento.
Esto es lo que en Kant se conoce como su giro copernicano.
Además de fundar la
matemática como ciencia, la Estética trascendental tiene otra consecuencia
importantísima para Kant: «hemos probado suficientemente que todo lo que es
intuido en el espacio o en el tiempo, esto es, todos los objetos de una
experiencia posible para nosotros, no es otra cosa que fenómenos, es decir,
simples representaciones que (...) no tienen fuera de nuestro pensamiento
existencia fundada en sí» (Cfr. Crítica del Juicio).
Lo que quiere decir
Kant es lo siguiente: sólo podemos conocer las cosas en la medida en que están
sometidas a las formas de nuestra sensibilidad, y puesto que el espacio y el
tiempo no son propiedades reales de las cosas sino algo puesto por el sujeto,
es evidente que no podemos conocer jamás las cosas tal como son en sí mismas,
sino sólo las cosas tal como nos aparecen. A lo que aparece al sujeto, Kant la
llama "fenómeno", y a la cosa en sí, "noúmeno". Usando esta
terminología, podemos resumir lo que venimos diciendo: no podemos conocer el
noúmeno, sino sólo los fenómenos. Las cosas en sí, precisamente porque son en
sí y no en nosotros, son incognoscibles.
A esta doctrina,
según la cual conocemos todos los fenómenos como simples representaciones y no
como cosas en sí mismas, Kant le da el nombre de "idealismo
trascendental".
D.
ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO
Hoy el idealismo está
muy desvirtuado, porque con el avance de las ciencias y de la técnica en
general, gana mucho más terreno lo que pueda demostrarse, lo tangible y
matemático, incluso se utiliza el término idealista de manera peyorativa,
dándole una connotación de lo que es ilógico, e imposible de realizarse.
El idealismo como un
método científico es muy cuestionado en la actualidad, porque éste admite que
lo que no puede verse puede ser comprendido; pero para el hombre de hoy lo que
rige es "ver para creer", "ver para entender".
La idea sigue siendo
una parte muy importante dentro de todas las ciencias, que es aceptada y
colocada como importante, incluso fundamental, el problema radica en cómo pasar
esas ideas a sustancias tangibles, cómo objetivarlas sin pasar al materialismo.
El idealismo
contempla que el materialismo reduce el conocimiento, negando la parte
espiritual, intangible; para el materialismo
el idealismo es un conocimiento etéreo, abstracto, difícil o imposible
de objetivar.
Siguen existiendo
disciplinas filosóficas, científicas, sociales y religiosas que fundan su
conocimiento en el idealismo, el mundo teórico de estadísticas, consultas y
especulaciones, estas disciplinas son cada vez menos válidas y más cuestionadas
e ignoradas.
Podría decirse que el
idealismo es sólo un referente, una meta proyectativa, pero no un medio
concreto de conocimiento y verdad. Hacia
el idealismo apunta el hombre de hoy, pero sabiendo la imposibilidad de llegar
hasta éste, cifra su verdad en el realismo u otros métodos empiristas o
materialistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario