II.
EL REALISMO
A.
DEFINICIÓN
“Realismo es el
nombre que se da a una posición adoptada en la teoría del conocimiento o en la
metafísica. En ambos casos, el realismo
no se opone al nominalismo, sino al idealismo”. El realismo a su vez concede un
lugar a la duda en la vida intelectual, pero considera la vida universal como
la muerte de la inteligencia.
Para el realismo el
espíritu humano puede conocer al ser “en sí”, y la verdad no es otra cosa, que
la conformidad del juicio con la realidad.
B.
REPRESENTANTES
1. Aristóteles
Pensamiento. Según Aristóteles existen dos rasgos que
caracterizan la ciencia: “es ella un conocimiento fundado, puesto que aquello
de lo que se tiene, ciencia estricta, no puede ser de otra manera de cómo se
conoce”.
El realismo
aristotélico, es un realismo natural. El
conocimiento para este sistema se puede entender como una reproducción de la
realidad. Para Aristóteles la inteligencia
del hombre está dotada de una capacidad grande de llegar hasta las cosas y
obtener de ella los contenidos del conocimiento.
“Aristóteles explica
la percepción mediante que del objeto percibido y a través de un ‘medium’,
llega al órgano, y en la que se recibe la ‘forma sensible del objeto sin
materia’. Por eso es necesario que lo
percibido exista realmente”.
Aristóteles plantea
la cuestión del saber que es precisamente lo que él llamó Filosofía Primera, y
dice que todos tienden por naturaleza a saber.
También para Aristóteles todo conocimiento arranca de una percepción
sensible. El alma no puede pensar sin
representaciones sensibles, y según él, si falta un sentido, también faltan los
correspondientes conocimientos. Por
ejemplo, un ciego de nacimiento no tiene
conocimiento de los colores. Es así como
Aristóteles demuestra que todo conocimiento tiene su origen en lo sentidos.
Pero a su vez
“establece una estrecha relación entre el conocimiento sensible y el
intelectivo. En el conocimiento las
facultades tienen sus límites, porque mientras las facultades sensibles están
sometidas a lo singular, la facultad intelectiva puede llegar hasta la
naturaleza de las cosas”.
2. San Anselmo de Canterbury
Pensamiento. Para San Anselmo “el conocimiento que
adquirimos de las cosas supone la cooperación de los sentidos y de la
inteligencia, pero San Anselmo no precisa el modo de esta cooperación y se
contenta con tomar sin profundizar en ellas, algunas expresiones agustinianas
sobre la iluminación del alma por Dios”.
San Anselmo hace del
realismo una condición necesaria para la sana doctrina teológica, pues si no se
comprende el hecho de que varios hombres reunidos pueden formar un solo hombre,
menos se comprenderá cómo un solo Dios puede consistir en tres personas
distintas.
No dice también, que
“si las ideas son cosas, cada grado de perfección es un grado de realidad, y la
idea del ser más perfecto que se puede concebir nos introduce sin tropiezo en
un determinado orden de realidad. El
paso de la idea al ser tenía que tentar al pensamiento de San Anselmo, porque
para él las ideas son ya seres”.
Él incurre en un
realismo exagerado, atribuyendo a los universales un cierto modo de realidad
extramental. La verdad de un
conocimiento consiste en su “rectitud”, es decir, en que es como debe ser la
captación correcta de su objeto. Al
igual que el conocimiento aprehende el objeto, este objeto conocido tiene su
verdad.
3. Pedro Abelardo
Pensamiento. El significado filosófico de Abelardo está,
sobretodo en su oposición frente al tan debatido problema de los universales,
tema clásico el tiempo.
Para determinar el
contenido de los universales en el pensamiento debemos partir de nuestros
órganos sensoriales y de los objetos que percibimos. Ejemplo: a nosotros se nos forma una imagen
de cada objeto, y esta imagen existe desde
entonces independientemente del objeto; si la torre en cuestión se
destruye, todavía podemos imaginarla.
“Pedro Abelardo
establece relaciones precisas entre la filosofía y la religión. No se pueden demostrar y conocer
experimentalmente los misterios, sólo se pueden entender o creer según
analogías o semejanzas. Según él, el intelecto aprehende las semejanzas de los
individuos mediante la abstracción, el resultado de esta abstracción fundada
siempre en la imaginación, porque el conocimiento empieza por lo individual y
lo sensible”.
Al igual que
Descartes, Pedro Abelardo, proclama la necesidad de una crítica previa de
nuestros conocimientos, aplicando la duda para llegar más seguramente a la
verdad. Contra el realista exagerado,
niega que los universales sean cosas ni que existan fuera de las cosas
individuales, sólo existen los individuos.
El entendimiento no
se engaña cuando se piensa separadamente la forma o la materia, pero sí se
engaña si se pensara que tanto la materia como la forma existen por
separado. Finalmente nos dice Pedro
Abelardo que “el verdadero conocimiento de las cosas es el que nos proporcionan
los sentidos y la imaginación, mientras que la inteligencia solamente nos
llevaría a la opinión”.
4. Santo Tomás de Aquino
Pensamiento. Sin duda alguna “el influjo de Aristóteles en
Santo Tomás lo apreciamos al punto de una nueva valoración del saber natural
frente al conocimiento de la fe”. Santo
Tomás sigue a Aristóteles en la cuestión del origen de nuestro conocimiento y
apoyado en él dice que es natural al hombre llegar a lo suprasensible a través
de lo sensible. “Se rechaza expresamente
la idea de que Dios es lo primero conocido, tal como supone la teoría del
conocimiento en las razones eternas”.
Pues lo primero que en la vida conocemos es la esencia de las cosas
materiales que conforman el objeto propio de nuestro entendimiento.
También nos dice que
“el alma humana está situado en el último grado de los seres inteligentes; es
la más alejada de todas las perfecciones del entendimiento divino”. A cada forma de ser corresponde una manera
propia de conocer. El entendimiento que poseemos
todos, es aquel por el cual más nos aproximamos a los ángeles.
Santo Tomás ha tomado
en consideración el hecho de que el conocer humano sólo es posible mediante un
volverse del entendimiento hacia los datos de la fantasía emanados del
conocimiento sensible.
Así pues, afirma
Santo Tomas: “El Origen de nuestro conocimiento
se halla en los sentidos; explicar el conocimiento humano es definir la
colaboración que se establece entre las cosas materiales, los sentidos, y el
entendimiento”.
C.
CLASES DE REALISMO
1. Realismo Inmediato. Toda tentativa para superar la oposición
entre el realismo y el idealismo, está condenada al fracaso. Nos queda el interrogante de si no podríamos
llegar al realismo partiendo del idealismo.
Toda la cuestión consiste en sabe si podemos encontrar el ser partiendo
del pensamiento, no hay duda de que es
posible, pero hallaremos el ser ideal del idealismo, no el ser real del
realismo. De hecho, podemos afirmar que
el realismo no se demuestra y tampoco necesita demostrarse.
“E Gilson sostiene
que la noción de realismo crítico es tan
contradictoria como la círculo cuadrado.
Pues una crítica del conocimiento, dice, tiene como fin fundamentar a
priori el conocimiento limitándolo a los fenómenos”.
2. Realismo Crítico. El realismo crítico”pretende superar el
realismo ingenuo y el natural. Concibe
la diferencia ente re los dos miembros, sujeto – objeto. Cada uno de ellos tiene su función
propia”. Los realistas críticos trataron
de responder diciendo que los datos inmediatos de la percepción apuntan a
objetos físicos fuera de sí mismo.
El realismo crítico
piensa que incluso después de la investigación de Kant sobre la
participación que la facultad
cognoscitiva del hombre tiene en la imagen de la realidad objetiva, se puede
mantener la posición fundamental del realismo.
3. Realismo e Idealismo. El realismo idealista admite que buen número
de objetos no existen más que en le pensamiento. “En algunos casos lo que conocemos existen en
sí, independientemente de nuestro conocimiento, de nuestro pensamiento, de toda
actividad de nuestro espíritu”.
Podemos ver, pues,
entre el realismo y el idealismo una verdadera contradicción, y es necesario
elegir uno de los dos términos y excluir el otro.
La intención declara
Bergson “es no dar la razón ni al realismo, ni al idealismo”.
D.
ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO
El realismo es una de
las disciplinas filosóficas que más conservan su esencia en cuanto al planteamiento del conocimiento, es una de
las que menos se ha vulgarizado y continúa perteneciendo al plano intelectual. Para saberse realista hay la necesidad de
indagar, cuestionar e investigar el sistema filosófico como tal, difícilmente
se llega a ser realista por accidente.
Sabiendo que el
realismo despoja de toda interpretación u opinión, podría afirmarse que el
hombre de hoy está lejos de serlo, porque especula más que nunca, se apersona
de planteamientos y da con carácter de mucha certeza visiones que pueden
responder solamente a impresiones.
Del realismo se
desprende la subjetividad concebida, como la manera neutral de mostrar la
verdad, y que para muchos otros sistemas filosóficos no responde más que as
una utopía, porque con el avance de los
medios de comunicación la hominización del mundo, de la ciencia y de la
sociedad la vida aparece cada vez más fragmentada, las cosas que ayer eran
reales para el hombre, hoy aparecen viables de otra manera en otra cultura
distinta.
El realismo ha podido
ser columna del conocimiento en tanto que sin permitir la interpretación
sostiene principios y postulados que habiendo sido suficientemente argumentados
sostienen. La ventaja está en que el
conocimiento no depende del ir y venir del tiempo y de la psicología humana,
sino que se ancla en verdades universales, la desventaja se encuentra en que al
parecer ortodoxa no permite un proceso ágil de conocimiento.
La pérdida del
realismo ha hecho que el conocimiento sea condicionado por la cultura y el
folklore y se pase al relativismo.
Filosóficamente el realismo también fundamentado hipotéticamente
convence mucho a la actualidad, pero en el sentido práctico ha perdido fuerza y
ha pasado a ser un ideal de conocimiento.
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