VII.
EL
RACIONALISMO
A. DEFINICIÓN
Etimología de la
palabra: Racionalismo viene de la palabra latina “ratio” = razón. En general, es la concepción que ve en el
espíritu, la mente y el entendimiento, el fundamento de toda relación del
hombre con el mundo considerada esta relación como forma superior del pensar
humano.
El racionalismo
entonces, es la absolutización de la razón, y se da con mucha fuerza en la
época moderna, aunque no surgió en este período, porque desde mucho antes, se
habían dado intentos en torno a la razón frente a los hechos de la experiencia. Esta corriente se caracteriza por lo real,
por los conceptos o sistemas mentales y a la explicación de la ciencia en
términos lógicos. Al hombre se le
presenta como animal pensante, con dignidad y atributos de persona.
El racionalismo no es
entonces una manera aislada de concebir la realidad, sino que es ante todo la
suma de lo sensible con los conceptos, o mejor, a un concepto equivale una
realidad.
El hombre es
presentado como animal dotado de logos, razón; un animal capacitado para
conocer.
B.
CONTEXTO HISTÓRICO
La forma más antigua
del racionalismo se encuentra en Platón. Este se halla convencido de que todo
verdadero saber se distingue por las notas de la necesidad lógica y la validez
universal. Platón junto con los
eleáticos está penetrado de la idea de que los sentidos no pueden conducirnos
nunca a un verdadero saber, lo único que le debemos a ellos es la
"doxa" (opinión). Por ende,
tiene que haber un mundo suprasensible, o mundo de las ideas.
Este mundo no es
meramente un orden lógico sino a la vez un orden metafísico, un reino de
esencias ideales, metafísicas. Este
reino se halla, en relación con la realidad empírica y las ideas son los
modelos de las cosas empíricas, las cuales deben su manera de ser, su peculiar
esencia, a su participación en las ideas. El centro de este racionalismo es la
teoría de la contemplación de las ideas, podemos llamar a esta forma de
racionalismo: racionalismo trascendente.
Más tarde llegan
Plotino y posteriormente San Agustín, quienes tienen una forma más distinta de
racionalismo. El primero coloca el mundo
de las ideas en el Nus cósmico, o sea Espíritu del Universo. Las ideas ya no son un reino de esencias
existentes por sí, sino un autodespliegue del Nus, y nuestro espíritu es una
emanación de este Espíritu Cósmico: “La parte racional de nuestra alma es
alimentada e iluminada continuamente desde arriba.”
En la Edad Media, es
San Agustín quien recoge esta idea y la modifica en sentido cristiano, donde el
Dios cristiano ocupa el lugar del Nus.
Las ideas se convierten en las ideas creatrices de Dios: el conocimiento
tiene lugar siendo el espíritu humano iluminado por Dios.
En la Edad Moderna se
intensifica el racionalismo verificándose que para Malebranche las ideas son
representaciones claras y distintas, eternas e inmutables. Malebranche concibe que las ideas no proceden
de los objetos ni son producidas por éstos, ya que siendo universales y
necesarias, el alma, espíritu cognoscente, no puede ser su causa eficiente,
productora.
En la Edad Moderna,
alcanzó más importancia Descartes y luego Leibniz considerando que las ideas
innatas se dan en cuanto es innata a nuestro espíritu la capacidad de formar
conceptos independientemente de la experiencia, pues el origen de estos
principios proceden de la razón.
El principal mérito
del racionalismo fue el haber subrayado la importancia de la razón en el
conocimiento humano.
C.
ARGUMENTOS DEL RACIONALISMO
El racionalismo
entiende la vuelta al sujeto como una vuelta a la razón, al tiempo que como una
desvirtuación de la sensibilidad.
Conocemos ya la duda sistemática de Descartes, que a través de una
crítica radical a la experiencia sensible, conduce a las últimas condiciones
indudables de todo conocimiento en el sujeto.
Esas condiciones de las que depende todo conocimiento, son las ideas o
principios de la razón.
Existe en el sujeto
una percepción clara y distinta de los primeros principios del conocimiento que
no tiene nada que ver con la sensibilidad, sino que se realiza de un modo
puramente racional.
Así como los
principios de las matemáticas se derivan lógicamente de unos axiomas o
principios primeros, así también la filosofía tiene que partir de las primeras
ideas y principios, y desarrollarlo todo en forma lógico-racional.
Para el racionalismo
está claro que la razón ha recibido de Dios sus ideas y verdades innatas.
D.
REPRESENTANTES
1. Renato Descartes
Pensamiento.
1) El problema cartesiano. Descartes se encuentra en una profunda
inseguridad, para él nada le parece merecer confianza, nace así un
“escepticismo” puesto que los sentidos nos engañan, el pensamiento no merece
confianza, se cae con frecuencia en el error.
Las únicas ciencias que parecen seguras, la matemática y la lógica.
Quiere empezar una
filosofía totalmente cierta, de la que no se pueda dudar, y por ello se sumerge
en la duda: “Hay que poner en duda todas las cosas, si quiera una vez en la
vida. No ha de admitir ni una sola
verdad de la que pueda dudar. No basta con que él dude realmente de ella; es
menester que la duda no quepa ni aún como posibilidad.”
Así pues, Descartes
adoptó el método de la duda en su pensamiento para sí construir la certeza ante
la duda. Así surgen tres cuestiones de la filosofía: el mundo, el hombre y
Dios.
“Descartes no quiere
enseñar, sino descubrirse a sí mismo. Su
problema surge de la necesidad de orientación que siente cuando se da cuenta de
que no posee ningún criterio seguro para distinguir lo falso de lo
verdadero. Si ha buscado sólo resolver
el problema propio, está cierto de que la solución que ha encontrado, no solamente
sirve para él, sino que vale para todos los hombres que poseemos razón.”
a) La
duda. El punto de partida
de Descartes es la duda absoluta que exige suspender el asentimiento a
cualquier conocimiento aceptado comúnmente.
“Dudar de todo y considerar provisionalmente como falso, todo aquello
sobre lo cual es posible la duda. Si, persistiendo en esta postura de crítica
radical, se alcanza un principio sobre el cual la duda no es posible.”
En Descartes, no es
posible el conocimiento sólo por los sentidos, pues ellos nos engañan. El
ejercicio de la duda se extiende a todo enunciado teórico.
b) El
método cartesiano. Descartes se
propone, a partir de su duda, encontrar una verdad segura y descubrir un nuevo
método racional en el que no se diese nada por supuesto sino que fuera evidente
por sí mismo. Intenta proponer una
ciencia que sea de más fácil comprensión a la mente sin llegar a imponerlo.
El método propuesto
por Descartes está baso en cuatro reglas:
(1)
Evidencia. Trata de no aceptar por verdadero nada que no se conozca
clara y distintamente como tal, evitando cuidadosamente la precipitación y los
prejuicios, por tanto, es necesario por el momento, de suspender el juicio.
(2) Análisis. Consiste en dividir cada una de las
dificultades en el mayor número de partes posibles y necesarias para
resolverlas mejor, ya que una dificultad es un complejo en que están mezclados
lo verdadero con lo falso.
(3) Síntesis. O sea, comenzar con lo más fácil y simple
para salir gradualmente hacia lo más complejo.
Es la unificación de las partes integrantes de un todo o del problema
que se está considerando, partiendo de lo más fácil a lo complejo.
(4)
Enumeración. O sea, hacer un
recuento integral y una revisión tan general que no pueda estar seguro de haber
omitido nada.
2) El hombre. Para Descartes,
podemos dudar de todo, menos de nuestra existencia “pienso, luego éxito”. Le interesa además del ser (sum) el pensar
(cogito) ya que éste evidencia al ser.
“La esencia del alma
es el pensamiento. La prueba es la
siguiente: todo cuanto puede sustraerse a la idea de una cosa, permaneciendo
intacta su esencia, no pertenece a la esencia de la cosa. Puedo concebir la esencia de mi alma
prescindiendo de mi cuerpo. Pero no puedo concebirla si prescindo de mi facultad
de pensar. Por lo tanto el pensamiento es la esencia de mi alma.”
Criterio de
verdad. A Descartes le interesa el
mundo; le interesan las cosas, pero se encuentra con el subjetivismo y a partir
de ello, encuentra que la verdad del cogito consiste en que no puede dudar de
él. Por que ve que tiene que ser así,
porque es evidente; y esta evidencia en
la claridad y distinción que tiene esta idea.
Ese es el criterio de verdad: la evidencia.
“Descartes, a pesar
de su duda inicial, no sólo está convencido de la realidad del mundo externo,
sino que se sitúa plenamente dentro de la presuposición parmenidiana de que el
pensar y el ser se corresponden.”
Si el cogito se me
impone como una certeza indudable, es porque es evidente, o mejor, es la
evidencia misma la transparencia absoluta de su existencia.
En este criterio se
da prioridad al pensamiento, pues se estatuye como regla, que es verdadero todo
aquello que yo percibo de modo claro y distinto. La verdad es asunto de la mente, lo que se
piensa clara y distintamente tiene que existir en la realidad.
Las propiedades de
esta idea clara son las siguientes:
·
Intuición: Acto en que
lamente se hace transparente a sí misma.
·
Indubitabilidad: Pues esa
evidencia se impone a la mente, lo cual se halla de modo pasivo.
·
Infalibilidad: El error
consiste en mezclar en el juicio cosas subjetivas, en lo cual interviene la
voluntad, el cambio, la intuición es el acto exclusivo del entendimiento.
·
Innatismo: O sea, que
esas ideas nacen con nosotros, Dios las imprime en el alma al crearlas.
3)
Dios. “Bajo el nombre de Dios
entiendo - dice Descartes – una sustancia infinita, eterna, inmutable,
independiente, omnisciente y omnipotente.”
Dios es una cosa que
piensa y que tiene en sí la idea de todas las perfecciones. Es la primera idea que no es causada por nadie
ni necesita de otra idea para ser explicada.
Descartes sabe que existe, y lo sabe, porque penetra, de un modo claro y
distinto, su verdad. Es una verdad que
se justifica a sí misma.
Para estar seguros de
la evidencia, para podernos fiar de la verdad que se muestra como tal con sus
pruebas claras y distintas en la mano, tendríamos que demostrar que hay Dios.
a)
La demostración de Dios.
Descartes prueba la existencia de Dios y la demuestra con argumentos de
muy distinto alcance. Dice: “Yo
encuentro en mi mente la idea de Dios, es decir, de un ente infinito,
perfectísimo, omnipotente, que lo sabe todo, etc. Ahora bien, esta idea no puede proceder de la
nada, ni tampoco de mí mismo, que soy infinito, imperfecto, débil, lleno de
duda e ignorancia.”
Descartes propone
tres argumentos de la existencia de Dios que componen un punto de partida
subjetivo:
·
Primera
prueba:
El “cogito” no encierra al hombre en su yo, sino que lo hace salir a una
realidad que está más allá. Es la
demostración por casualidad, pero que parte, no de cosas sensibles, sino de la
idea de Dios, para pasar, de su contenido representativo a su causa.
·
Segunda
prueba
(Por mi finitud): Cuando se duda, se es finito; pero no sería posible que mi
naturaleza fuese tal cual es, finita y dotada de la idea de lo infinito, si el
ser infinito no existiera la idea de Dios es expresión y relación inmediata.
·
Tercera
prueba:
(Argumentación ontológica) No podemos concebir la idea o la naturaleza de la cosa,
sin concebir al mismo tiempo sus propiedades esenciales. Cuando se intuye la idea de Dios en la idea
de un ser soberanamente perfecto e infinito, en esa idea se intuye
necesariamente la existencia, se intuye necesariamente que el existir pertenece
a la naturaleza verdadera e inmutable de un ser semejante. Por lo tanto, Dios existe.
b) La
comunicación de las sustancias. A
causa de que estamos engañados, y que nuestra mayor evidencia es sólo error,
quiere decir que las ideas no tienen verdad, son sólo “ideas". “Conocí de ahí que yo era una sustancia cuya
esencia o naturaleza toda no es sino pensar, y que, para ser, no tiene
necesidad de ningún lugar, ni depende de ninguna cosa material; de suerte que
este yo, es decir, el alma por la cual soy lo que soy, es enteramente distinta
del cuerpo.”
Descartes además
define a Dios como la única substancia, pues es la única no creada, y todo lo
demás ha necesitado de ella para existir.
La sustancia sería entonces algo que se encuentra en mi, sustancia pensante
que no podría alcanzar las otras cosas, concretamente, la sustancia extensa que
es el mundo. Este problema de la verdad
y del conocimiento, lo que llama Descartes “comunicación de las sustancias”,
que resulta dificultosa partiendo del yo.
c)
Res cogitans (Existencia del alma). En el orden del ser finito, lo primero dado a
nuestro conocimiento es la sustancia del alma.
“Sólo pueden dudar de la existencia del alma aquéllos que no levantan su
mente de las cosas sensibles y están acostumbrados a no considerar en absoluto
nada que no puedan someter a la imaginación.”
Cuando el cogito se
nos da inmediatamente, la existencia de lo inmaterial, puede ya por esto mismo
asentarse la existencia del alma.
4) El mundo.
La res extensa. El mundo físico está determinado en Descartes
por la extensión. El hecho de la
existencia del hombre, plantea la pregunta por el mundo, por conocerlo.
El mundo es simple
extensión; la física cartesiana es geometría, se limita a la realidad física
misma, materia y espacio es uno lo mismo, la espacialidad sería una cualidad de
la materia. El mundo se podría explicar
por una serie de movimientos de torbellino, y se desarrollará después de la
creación de un mundo puramente mecánico, así, el mundo una vez creado, se basta
a sí mismo.
2. Blas Pascal.
Pensamiento.
1) Metafísica del conocimiento. En sus pensamientos aparecen los elementos
para una crítica del conocimiento y que se pueden agrupar alrededor de dos
nociones opuestas: El dogmatismo y el escepticismo, el corazón y la razón.
“Nuestras facultades,
debido a sus errores, favorecen el escepticismo y muestran la insuficiencia de
la razón para solucionar satisfactoriamente el problema del conocimiento. El corazón tiene sus razones que la razón no
conoce.”
2) Metafísica del hombre. En su teoría sobre el hombre, Pascal se
anticipa al existencialismo. El hombre es una realidad finita, perdida en el
universo y suspendido entre dos infinitos (lo infinitamente grande y lo
infinitamente pequeño), entre el todo y la nada. Su ser es incomprensible por estar compuesto
de dos naturalezas opuestas.
“Está encarnado y
embarcado en el mundo sin haberlo querido o buscado; es un devenir, un presente
insaciable porque vive en el pasado mediante sus recuerdos y en el futuro
mediante sus proyectos, hasta que su muerte acabe con su vida que es comedia.”
3) Metafísica del ser. En el plano del ser nos encontramos con tres
órdenes: el material, el espiritual y el sobrenatural.
Material: no se
demuestra racionalmente, basta con notar las relaciones que los cuerpos guardan
entre sí y sobre todo con el hombre.
Espiritual: Se demuestra
probando que el hombre posee facultades espirituales diversas a las materiales.
Sobrenatural:
Es
atestiguado por la fe como el motivo más poderoso.
“Entre cada orden
media una distancia llamada “trascendencia”. Esta distancia entre lo material y
lo espiritual es infinita.”
3. Nicolás Malebranche
Pensamiento.
El
Ocasionalismo. Dios, cuya existencia se
prueba con sólo pensar en El, es la única causa eficiente, ya que producir es
crear, y el crear es exclusivo de la divinidad.
Además, los cuerpos son sujetos pasivos y no causas del movimiento,
según la mecánica cartesiana. La acción
aparente de unas criaturas en otras es sólo una ocasión para que Dios obre en
ellas las cantidades y múltiples ideas y efectos.
4. Baruc Spinoza
Pensamiento.
1) Metafísica. Spinoza cree encontrar la justificación de la
metafísica en la idea clara de las nociones que expresan adecuadamente las
naturalezas simples como causa, sustancia, atributo, Dios.
Para conseguir la
reforma del entendimiento, se ha de desarrollar metódicamente una teoría del
primer principio, Dios, de donde todo depende.
Una de las principales propiedades del entendimiento es que forma las
ideas positivas antes de las negativas, así la idea de infinito es una idea
negativa, pues implica el poder ser terminada por otra.
Gracias a Spinoza, la
razón adquiere un predominio absoluto, dice que todas las cosas dependen de lo
Divino; quiere llegar a la verdad a través de conocimientos racionales. La creación es una modalidad divina y no una
manifestación libre de ella misma, es decir, de la substancia absoluta.
2) Ética.
En
el determinismo universal no existe ni bien, ni mal, porque en las razones
necesarias no tiene cabida la bondad ni la malicia, como tampoco la libertad
humana.
“No tendemos a las
cosas – dice Spinoza -, no queremos o apetecemos algo porque juzgamos que sea
bueno, sino al revés: creemos que algo es bueno porque tendemos a ello, lo
queremos, apetecemos o deseamos.” Así, la esencia del hombre es deseo, en esta
forma, se enlazan el problema del ser y el problema de la inmortalidad en
Spinoza.
5. Godofredo Guillermo Leibniz
Pensamiento.
1)
Metafísica. Para Leibniz las
substancias infinitas que forman la estructura metafísica de los seres, las
llama “Mónadas”, que hacen referencia a la unidad, lo cual nos lleva a
representarla como elemento último e indivisible.
“La mónada no tiene
partes, no posee extensión, figura ni divisibilidad. Una cosa no posee figura o forma a menos que
sea extensa; ni puede ser divisible a menos que posea extensión. Pero una cosa simple no puede ser extensa,
puesto que simplicidad y extensión son incompatibles.”
La esencia de la
Mónada es ser fuerza, la Mónada absoluta es Dios, fuente y razón de todo el
orden establecido en el universo. Las
mónadas tienen la siguiente jerarquía:
·
Mónada Divina.
·
Mónada de los espíritus puros.
·
Mónada humana.
·
Mónada animal.
·
Mónada vegetal.
·
Mónada orgánica.
2) El conocimiento. Las verdades no pueden derivarse de la
experiencia y aparecen así innatas, por eso, según Leibniz tienen carácter
absoluto. Las verdades de hecho se
fundan en el rigor del principio de la razón suficiente, el cual garantiza que
la posibilidad de la libertad o de la elección libre se puede verificar.
3) Teodicea.
Leibniz
fue el primero en llamar el tratado racional de Dios, Teodicea, es decir,
justificación de Dios. Además de aceptar
los argumentos tradicionales de la existencia de Dios, utiliza su propio
argumento, como es el a priori, que se basa en verdades eternas y necesarias.
“Esa verdades
eternas, dice Leibniz, no son ficciones.
Requieren, pues, un fundamento metafísico, y nos vemos obligados a decir
que han de tener su existencia en un cierto sujeto absoluto y metafísicamente
necesario, éste es, Dios. Así pues, Dios
existe.” También se basa en el principio
de razón suficiente y dice que nada sucede sin que sea posible. Nada ocurre sin que haya una causa o razón
determinada.
E.
ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO
La corriente
racionalista ha sabido sumergirse en cada una de las circunstancias actuales, puesto que es la razón la parte
esencial del hombre que lo constituye como tal.
Recordemos que para definir la palabra hombre, decimos que es “un animal
racional”, esto es, no un añadido sino su especificidad.
La influencia de la
razón, toca todos los ámbitos de la sociedad; a nivel político, económico,
educativo y religioso, es el intento del hombre por querer conocer el mundo y
así mismo conocerse sabiendo razonar correctamente estos aspectos que marcan la
vida de un país. El hombre hoy no se
conforma con recibir del medio o de algunas fuentes, un conocimiento dogmático,
donde se queden estancadas sus potencialidades, sino que día a día es ayudado
por la razón a buscar la verdad, a discurrir el velo que opaca o impide, en
cierta medida, el conocimiento.
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