XV.
EL
ESTRUCTURALISMO
A. DEFINICIÓN
Es un movimiento
heterogéneo que inicialmente aparece como una metodología científica,
convirtiéndose luego en una ideología filosófica que pretende elaborar teorías
objetivas y verificables, a través del control científico a las ciencias del
espíritu. En el estructuralismo el
hombre pasa de ser sujeto de la historia y de la cultura, a ser objeto que se
conoce por la objetividad y la neutralidad científica.
Quienes asumieron el
estructuralismo “buscaron la permanencia y estabilidad de las estructuras que
duran y derivan su significado solamente de sí mismas y de sus raíces en una
naturaleza humana, en cuanto realidad plenamente determinada como los demás
objetos del mundo.”
Los estructuralistas
comenzaron por combinar el marxismo y el psicoanálisis, pero sobre todo es el
positivismo quien más marca a esta corriente.
El estructuralismo plantea la manera de comprender al hombre para pasar
a mirarlo como objeto de observación y análisis, como cualquier otro objeto de
la ciencia, porque el inconsciente precede a lo consciente.
Se opone al
causalismo y al historicismo sobre todo en su visión del hombre, que de sujeto
pasa a ser objeto del conocimiento y eso implica que los hombres estén
sometidos a las estructuras. El gran desarrollo
de este movimiento se dio a partir de 1960
encontrando en Lévi Strauss su mayor exponente, hoy es criticado y
acusado por su desprecio a la historia y por la devaluación de la autonomía
individual.
B. REPRESENTANTES
1.
Claude Lévi Strauss
Pensamiento. “Denomina su trabajo una “antropología
estructural”, señalando la nueva orientación del estudio positivo de las
ciencias del hombre.” La estructura de la historia donde mejor puede verse y
discutirse la ideología estructuralista es en la relación entre estructura e
historia. Frente a esto, la ideología
estructuralista es desesperanzadora.
El cosmos es un
sistema cerrado, y por consiguiente, también la humanidad. Esta última está incluso sometida a la ley de
la entropía. Para él, en vez de antropología,
debería hablarse de Entropología, es decir, la disciplina que se ocupa en la
investigación del proceso de desintegración en sus formas más altas. La cultura no es más que un monstruoso y
complejo mecanismo, cuya única tarea es producir lo que los físicos llaman
antropía y nosotros inercia. “Lévi Strauss no deshecha la importancia de un
estudio diacrónico e histórico”.
La oposición entre
naturaleza y cultura sólo tiene valor metodológico, pues toda cultura se reduce
a la materia. Dice que el día en que
lleguemos a comprender la vida como una función de la materia inerte, será para
descubrir que ésta posee propiedades muy diferentes de las que le atribuimos
con autoridad.
La explicación
científica ya no sería el paso de la complejidad a la simplicidad, sino la
sustitución de una complejidad menos inteligible por otra más inteligible. De esta manera Strauss postula una resolución
de lo humano en lo no humano, hacia un marcado materialismo.
“Finalmente, la
antropología entra de lleno en el campo de las investigaciones sociales, en el
ámbito de la sociología. Lévi Struss
llama con frecuencia ‘sociólogos’ a los investigadores de la etnología. Pero se distinguen, dice, ambas
disciplinas. La sociología, en la
acepción ordinaria de los estudiosos franceses y otros europeos, se entiende
como “reflexión de los principios de la vida social y de las ideas de los
hombres que la han sustentado”; entonces se reduce a ‘la filosofía social’,
ajena a su estudio e interés.”
Lévi Strauss llevó a
cabo la completa aplicación del método estructural a ese primer nivel
etnológico de las relaciones sociales que se dan en la vida matrimonial. “Las
leyes matrimoniales y los sistemas de parentesco representan, pues, la
regulación de ese intercambio de bienes entre los distintos grupos
indígenas.” Así da a entender el sistema
de la organización y comunicación en los primitivos grupos humanos.
En su obra el “El
pensamiento salvaje” esclarece su postura metodológica y teórica, reiterando
sus elogios al alto nivel mental del pensamiento salvaje.
2. Michel de Foucault.
Pensamiento. Arqueología:
Foucault
pretende ser un pensador original; la influencia de la lingüística estructural
es en él la más importante, sus investigaciones se centran en el lenguaje, el
discurso y la estructura de los enunciados como punto de acceso al estudio de
las ciencias humanas.
El pensamiento que
Foucaul presenta en su obra reduce el hombre y los elementos de las ciencias a
un sistema de estructuras, intenta introducir un nuevo tipo de análisis más
oscuro, que es un análisis lingüístico estructural y los objetos de la ciencia
y la cultura abarcan una nueva aplicación.
El método que Foucaul
plantea lo denomina análisis arqueológico, que se ocupa del tema del discurso.
“Para él ya existen bastantes métodos y disciplinas capaces de analizar y
describir el lenguaje, y así en su arqueología permite introducir nueva
especificidad de método que no sea ni formalizador ni interpretativo.”
En Foucaul es
necesario en su arqueología la dimensión histórica, para así comprender los
cambios en sentido gnoseológico y
filosofía de la historia. Foucaul
desplaza los acentos del sujeto a las estructuras sin provocar un conflicto entre
sincronía y diacronía, igualmente los problemas históricos se entienden según
un modelo lingüístico.
“En Foucault la
historia entra dentro del triángulo epistemológico del pensar estructuralista:
Lingüística, Antropología cultural y Psicoanálisis”; aunque con todo ello no se
lleva a cabo en su totalidad, Foucaul persigue con su filosofía un análisis de
formaciones dircusivas, de sistemas de aserciones que presentan una
regularidad.
3. Rolando Barthes.
Pensamiento. Ha desarrollado el enfoque
estructuralista sobre todo en el campo literario, y en especial de la crítica literaria
siguiendo la sugestión de otros autores los cuales aplicaban la crítica de
inspiración estructuralista a la estética en general y a las diversas formas
del arte.
“El método
estructural parecía tener especial afinidad con la consideración de la obra de
arte, ya que lo más característico de ésta es su forma o estructura y no el
contenido.”
Para Barthes, la
literatura representa un caso especial entre las artes, ya que su instrumento
es el lenguaje, el cual es usado en la comunicación y a la vez, va ligado al
contenido, es decir a su mensaje. “El lenguaje es por ello estudiado bajo el
aspecto de lingüística estructural, sin que tal aspecto científico haya de
excluir otros, como el psicológico o el estético.”
El estructuralismo en
Barthes es reducido a una actividad estructuralista tratándose así de un punto
de vista más firme, de un “cuerpo de conocimientos científicos o filosóficos” y
también caracterizado en una “actividad, un hacer” y no de un saber, y así
estas consideraciones de Barthes no determinan un fin u objetivo en sí mismas,
sino el objeto de la actividad estructuralista.
“La actividad
estructuralista tiene que reconstruir un objeto, de tal modo que se manifieste
conforme a qué reglas funciona. En
consecuencia, la estructura descubierta aquí cuenta con un simulacro del
objeto.”
Las indagaciones de
Barthes se dirigieron en su ensayo “Elementos de semiología” a un estudio claro
y preciso de la lingüística referida a la ciencia general de los signos y que
tiene por objeto las grandes unidades significantes del discurso. Su exposición se presenta de la siguiente
manera:
·
Lengua y habla.
·
Significado y significante.
·
Sintagma y sistema.
·
Denotación y connotación: referida esta
última al doble plano de expresión y contenido.
Para Barthes, “en toda
obra literaria se afirma la escritura, considerada como la relación que
mantiene el escritor con la sociedad; es el lenguaje literario, transformado
por su destino social.”
Barthes además, se
ocupa de las significaciones internas y trata de revelar la inmanencia de la
estructura de la obra literaria en un esfuerzo por comprender su significado
como distinto de su sentido, es decir, el mensaje que viene comunicado del
autor.
“La literatura no es
más que un lenguaje, esto es, un sistema de signos, su ser no está en su
mensaje, sino en el sistema.” Los términos que se usan son signos, pero éstos
vienen definidos, no por relación a los cuentos o cosas externas, sino a las
internas relaciones y a otros signos dentro del sistema.
Barthes ha sido
entonces quien evolucionó la literatura moderna, y quien dio una orientación
estructural, penetrando también en el dominio de la persona, de la música y de
las artes plásticas, puesto que estos elementos tienen en su estructura una
recíproca relación interna de sus características.
C. ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO
Con el
estructuralismo se dio el florecimiento de todas las ciencias, la historia
adquirió un nuevo sentido, en cuento que el hombre transformó de manera radical
y sistemática los antiguos esquemas que se traían desde tiempos atrás, donde
cada cultura manejaba a su manera conceptos y formas de comportarse en cuanto
se le exigía étnicamente.
Actualmente el
estructuralismo sigue planteando al hombre como un ser potencial, y a la vez
objeto de conocimiento, a partir del cual se sigue dando el despliegue de las
ciencias, puesto que es el único que cuestiona y modifica las estructuras.
Así mismo, con el
estructuralismo se abrió campo a lo que son hoy las investigaciones
sociológicas en las cuales el punto de reflexión es todavía la vida social y la
manera como los individuos aportan progresivamente al desarrollo de ésta.
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