domingo, 3 de febrero de 2013

ONTOLOGÍA CONTEMPORÁNEA

La negación de la metafísica en el siglo XIX representaba a veces la negación del saber filosófico, lo que resultaba una contrariedad y desemboco en que en el siglo XX surgieran corrientes que refutaran esto. Los principales contradictores fueron la filosofía analítica (principio de la verificación del significado), el existencialismo, el marxismo y el materialismo dialéctico.

De la Ontología contemporánea se destacan tres autores; Nietzsche, Heidegger y Zubiri.

Para Friedrich Nietzsche era necesario derrumbar una serie de supuestos que caracterizaban la filosofía occidental. El principal supuesto era la fábula del otro mundo, que concebía la metafísica como una explicación del ser como parte de otro mundo, explicación que venía desde Platón con su tesis acerca de un mundo de ideas inventada por la razón humana. Para Nietzsche los valores tradicionales (representados por el cristianismo) habían perdido su poder en las personas, a lo cual llamaba nihilismo pasivo. Expreso su idea en la cortante expresión de “Dios a muerto”. Para el Dios estaba justificado en la fábula del otro mundo, desde cuando Platón insto la idea del bien supremo, y esta idea había perdurado en la metafísica a través de la historia. Esta idea estaba representada en los valores tradicionales que enseñaban una “moralidad esclava”, una moralidad de personas débiles y resentidas que fomentaban comportamientos como la sumisión y el conformismo porque los valores incluidos en tales conductas servían a sus intereses. El representante principal de estos valores fue para él el cristianismo, llamado por Nietzsche un platonismo para el pueblo, y era necesario desaparecer esta fábula, para poder iniciar de nuevo con la cuestión primera que se habían planteado los griegos acerca de la Physis y retomar el camino que Platón abandono. Por esta razón, Nietzsche considero su filosofía como un platonismo al revés, pues frente a lo verdadero e inmutable el privilegiaba lo real, lo temporal, mudable e instintivo. La postulación del mundo físico o sensible como el mundo de lo que verdaderamente es. De esta derogación de los valores hacia un principio opuesto, nace la necesidad de crear nuevos valores que reemplazan los tradicionales y conforman a un superhombre. Este superhombre es distinto a las masas, que son como rebaño; en cambio el es independiente e individualista. Siente con intensidad, pero sus pasiones son refrenadas por la razón, vive la realidad, sin centrarse en las recompensas que promete la religión el afirma la vida. El superhombre es un modelo de la “eticidad maestra” que rechaza lo envilecido de la humanidad por la religión, excepto solo lo que es totalmente vital. Para Nietzsche todo acto o proyecto humano esta limitado por la voluntad de poder, no solo sobre otros, sino sobre uno mismo, algo que es necesario para la creatividad y que se manifiesta enteramente en su modelo de superhombre. A este concepto de superhombre se le critica su concepción de una sociedad de amos y esclavos y a menudo se le identifica con las filosofías autoritarias. Nietzsche quería responder la cuestión del inicio y composición de las cosas, dejando de lado el platonismo pero no alcanzo su propósito, ya que la locura lo sorprendió en el momento de empezar a elaborar la solución, sin embargo dejo planteado para la posteridad la cuestión de la vigencia de la metafísica.

Martín Heidegger reformula al igual que Nietzsche la historia del la metafísica, pero atacando la subjetividad, la actitud elemental y manipuladora que privaba de sentido al ser y se convertía en un estado de nihilismo, que permitía a los filósofos modernos sobre valorar los alcances y probabilidades de la razón e intentar responder la pregunta de la realidad cuestionándose a sí mismos.

Heidegger comenzó por preguntarse que es el ser y que clase de ser es, esto le llevo a establecer una relación entre el modo de ser de los objetos y de la humanidad, de la estructura del tiempo. Debe hacerse la pregunta acerca del sentido del ser, pues este es algo existente, que no esta fuera del mundo sino que se encuentra en el, como en la existencia humana se encuentra el hombre. Esto no quiere decir que la investigación sea subjetiva, sino que debe partir del hombre porque es el único ente abierto al ser. El individuo, sin embargo, esta en peligro de caer en la rutina, la cotidianidad, desde la cual el hombre es un ser arrojado al mundo y abierto a las cosas como a las demás existencias. En este espacio el hombre se da cuentas de que todas sus esperanzas y proyectos están limitados por la muerte, lo que lo lleva a pensar que su existencia esta destinada a ella y lo hace sentir un sentimiento de angustia, La angustia de reconocer que es un ser arrojado al mundo para morir en el. El hombre es un ser para la muerte, su vid esta fundada en la nada y la existir es solo sostenerse dentro de la nada. Para Heidegger, la filosofía debe reconocer que el hombre es un ente sin ninguna razón para existir. Por lo tanto, el ser que se ha concebido no es posible, pues se fundamenta en cosas que a su vez se fundamentan en la nada, como Dios o el sujeto cognoscente; concepciones de la subjetividad que no tienen sentido pues no reconocen que el hombre y su subjetividad son entes-para-la-muerte. Esto es lo que critica Heidegger a la metafísica, la estructura fundamental del ser que se descubre es el ser-en-el-mundo, el estar-en-el-mundo. Esto es una realidad total, en donde no solo esta el sujeto en el mundo, ni el mundo en el sujeto, ni el mundo como conjunto de cosas. El ser es una totalidad, un misterio, no porque este fuera de toda comprensión, sino porque no es comprensible a través de un solo fundamento o concepto. El seres solo presencia, es la existencia misma. Una existencia para la muerte que hay que afrontar para poder adquirir un autentico sentido del ser y de la libertad.

La época que vivimos es una época sin metafísica, las ideas positivistas a moldeado nuestra cultura al punto de hacer desaparecer la ontología. La realidad no es asunto ya de la filosofía sino de las ciencias empíricas. Esto sin embargo fue promovido por la misma filosofía, que vio la metafísica muy complicada y se dedico a desentrañar los contenidos del lenguaje con la excusa de no caer en los errores de esta misma. Sin embargo, para algunos filósofos contemporáneos, el objetivo del positivismo acerca de vivir sin metafísica ha sido catastrófico en el desarrollo de los sucesos de nuestra época, con el desatar de las guerras y los demás problemas actuales. Además de Heidegger, filósofos como Nicolai Hartmann, Edmund Husserl y Jean Paul Sastre, representan distintas visiones de la ontología, que coinciden en el rechazo de la filosofía centrada en las esencias, lo universal, y la preocupación por lo concreto y singular; y la utilización del análisis fenomenológico como base de la filosofía.

Para Xavier Zubiri, el hombre es un “animal de realidades” que posee una “inteligencia sentiente”, su función consiste en acerca a la realidad de las cosas sintiéndolas, el hombre es un ser metafísico, abierto al mundo de lo real. El mundo real es lo primero inteligible y se da como ”realidad sentida” es decir que la expresión de la realidad es lo que sentimos; esta realidad es tratada desde el hombre desde distintos ángulos: El entorno, que es todas las cosas que lo rodean y lo que descubre por sus sentidos, este entorno es social, ecológico y técnico, y todos juntos son los que determinan el entorno vital del hombre; El medio, que son los elementos del entorno que el hombre utiliza para sus fines y objetivos, estos elementos son los medios de vida para el hombre. El mundo, que es la totalidad de lo real. El horizonte, el estímulo y el reto para el hombre, es el marco dentro del cual realizará su propia experiencia terrenal y elaborará su propio mundo. La situación, que se establece por la manera como el hombre esta en el mundo, su experiencia, su circunstancia, su situación general; y la Habitad, la manera como el hombre desafía su realidad, la forma como se enfrenta a las cosas.

Es la inteligencia del hombre la que permite al hombre aprehender todas las cosas como reales, aprensión que el denomina logos y que le permiten sentirlas, pero no saber de que se tratan. Es la capacidad de razonamiento la que le permite pasar del entendimiento racional al conocimiento, mediante la razón se conoce de verdad lo que es la realidad y se alcanza el sentido de la existencia humana como ligada y abierta a la trascendencia.

Esta metafísica planteada por Zubiri es una metafísica del hombre en relación con lo otro, con el otro, es una metafísica de la alteridad en la cual el hombre es un ser personal social moral cultural que crea su mundo dentro del conocimiento de su realidad.

ACTIVIDAD:




Luego realizar un escrito argumentativo de lo observado en los anteriores vídeos.

ONTOLOGÍA MODERNA


Los filósofos modernos fueron muy influidos por los avances de la ciencia experimental y la matemática, por lo que intentaron desarrollar ideas que concordaran con esos conocimientos. Esta búsqueda planteo la postulación del sujeto cognoscente, como el fundamento de la realidad.

El conocimiento de la metafísica en la época moderna se caracterizo por ser a priori es decir, que deriva solo de la razón, para que se diferenciara del conocimiento a posteriori, que lo hace solo de la experiencia.
Con Descartes se inicia este periodo y se inaugura la subjetividad, que planteaba la necesidad de postular un principio de verdad para postular una verdad. El yo-pienso, se convierte en el primer principio indudable de la nueva filosofía. La metafísica dará en teórica crítica del conocimiento, y la ontología no tratará el ser, sino de la idea del ser.

El racionalismo será la primera corriente filosófica que se desarrollara en este siglo, y a su vez esta desencadenara otras corrientes que serán muy importantes en el pensamiento moderno y que culminaran con el pensamiento de Kant, Hegel y Comte. Este trata acerca del conocimiento a priori, principios derivados del conocimiento de la razón. Se subdividirá en el monismo y en el dualismo. El monismo será una corriente que creía que solo existía una sustancia básica, el “monismo idealista” sostenido por el irlandés George Berkeley decía que la sustancia es mental; el “monismo materialista” aseguraba que solo es física, y era seguido por el inglés Tomas Hobbes, y el “monismo neutro” afirmaba que la materia no es ni solo mental ni solo física, y era seguido por el holandés Baruch Spinoza. Este último filósofo expuso una visión panteísta de la realidad en la que el universo es similar a Dios y cada cosa lo contiene a Él.

El dualismo será la corriente liderada por Descartes, según el cual el cuerpo y el alma son unidades diferentes (substancialmente unidas en el hombre) y constituyen las únicas sustancias del universo. Para Descartes, la metafísica es una prima philosophia, que trata de cuestiones de la existencia de Dios y la distinción real entre el alma y el cuerpo del hombre.

Todas las corrientes racionalistas creían que la realidad es de carácter racional y que el criterio para llegar a la verdad estaba en la conciencia.

La corriente contraria al racionalismo se llamo empirismo, esta consideraba los sentidos como el criterio más adecuado para llegar a la verdad. Según esta, son las sensaciones las que componen las ideas y por lo tanto la realidad solo e perceptible mediante los sentidos. Estas doctrinas se derivan del conocimiento a posteriori, para la cual este no es una representación de la realidad sino solo un reflejo de las percepciones humanas. Para los empiristas, toda especulación que no derivara de la experiencia era un sinsentido u por lo tanto la metafísica tradicional no aportaba ningún contenido real. De esta corriente se destacan David Hume, John Locke y George Berkeley.

De esta época al principio de la modernidad, muchos autores rechazaron a la metafísica como ciencia por ser una realidad trascendente, y que contrariaba los principios de realidad objetiva que caracterizaban la época. Se destaca el caso de Hume, quien dijo que todo conocimiento en conocimiento de hechos o de relaciones de ideas deja sin base el conocimiento de cualquier objeto metafísico y que por lo tanto la metafísica no existe. Augusto Comte. También escribió: “La metafísica, como la teología, trata sobre todo de explicar la naturaleza íntima de los seres, del origen destino de las cosa..., pero en lugar de operar con los agentes sobrenaturales propiamente dichos, los reemplaza cada vez más por esas entidades o abstracciones personificadas, cuyo cuso verdaderamente característico a permitido designarla con el nombre de ontología”

Estas corrientes derivaron en Kant, quien creo una filosofía crítica distinta llamada “trascendentalismo”. Su obra es agnóstica pues niega la posibilidad de un conocimiento estricto de la realidad última, es empírica pues afirma que el conocimiento deriva de los sentidos y es racionalista pues mantiene el carácter a priori en estos principios empiristas. El sin embargo distingue otro propósito distinto al de estas vías filosóficas; definir los límites del conocimiento humano o encontrar las condiciones de la posibilidad de conocimiento en general. Inmanuel Kant trata de negar la metafísica para “fundarla” ante la crítica, y demuestra que no hay posibilidad de juicios sintéticos antes de la experiencia en metafísica. Por este punto la metafísica se convierte de una ciencia teórica, a una razón práctica, en la cual es más una realidad moral que una ciencia.

Para Kant los conocimientos de la razón son necesarios para aplicarlos a la experiencia, ya que solo en esta se manifiestan, así ya sean anteriores. Para el de las cosas solo podemos conocer sus impresiones en cada uno de nosotros, a esto es lo que llamó fenómeno. Esto es lo que nuestra cabeza descubre a partir de la experiencia que no son sino datos o intuiciones del ser. La lógica de estos racionamientos es la que hace a la experiencia trascendental, tanto a la real como a la posible. Lo que Kant quería demostrar es que el conocimiento solo era alcanzable en los terrenos de la experiencia, y que por lo tanto la razón estaba delimitada por esta; el error estaba en que la razón fuera tomada como las ideas constitutivas de las cosas, cuando no eran más que ideas regulativas. La metafísica debía tener un “uso”, servir para la vida practica, para la moral. Las ideas no debían dar razón de la existencia; si más bien regular el conocimiento humano.

La filosofía a partir de esto empezó a conocerse como epistemología. Kant también intento reconciliar ciencia y religión, realizando una critica desde la lógica, para llegar a un mundo de dos niveles; este mundo incluye los moumena, objetos concebidos por la razón pero no percibidos por los sentidos, y los phenomena, las cosas tal y como aparecen en los sentidos y que son accesibles al estudio material. En este orden, Dios, la libertad y la inmortalidad humana son para Kant son realidades moumenales que se asimilan a través de la fe moral y no del conocimiento científico.

En el siglo XIX los críticos del kantismo tomaron dos vías opuestas respecto a la metafísica, que revivieron el problema del ser; el idealismo y el positivismo.

El idealismo negó la crítica de Kant en sus explicaciones a la metafísica trascendental y rechazaron el concepto de las cosas en-sí-mismas, este movimiento fue liderado por Wilhelm Friedrich Hegel, quien consideraba incorrecta la teoría de que la realidad última no puede ser entendida. También creía que los mayores logros del espíritu humano (ciencia, cultura, religión y estado) no son resultados de procesos mentales que se dan naturalmente sino que son concebidos y mantenidos por la dialéctica. Hegel consideraba al ser como devenir, un movimiento continuo del cual la razón pretendía explicar las estructuras lógicas. La realidad esta constituida por relaciones de negación. Para continuar en movimiento y cambiar de una cosa a otras, se debe renunciar a lo que se es anteriormente para conseguir ser algo distinto. La realidad, es el cambio de las cosas en la negación de unas con otras. El pensamiento es el único capas de reducir este problema para poder comprender las relaciones entre contrarios, por esto supera el devenir y se convierte en el ser mismo de la realidad, por lo que esta comienza a ser solo en el pensamiento. Hegel intenta construir una filosofía capaz de explicar la naturaleza y el hombre, el pasado y el futuro, toda la realidad de forma absolutamente completa. De el idealismo derivan otras teorías metafísicas, como el la época prekantiniana. Entre estas últimas teorías metafísicas sobresalen el empirismo radical o pragmatismo (modalidad metafísica expuesta en Estados Unidos por Charles Sanders Peirce, desarrollada por William James y adaptada como instrumentalismo por John Dewey), el voluntarismo (cuyos máximos representantes fueron el filósofo alemán Arthur Schopenhauer y el estadounidense Josiah Royce), el fenomenalismo (patente en los escritos del pensador francés Auguste Comte y del filósofo británico Herbert Spencer), la evolución emergente o evolución creativa (definida por el francés Henri Bergson) y la filosofía del organismo (elaborada por el matemático y filósofo británico Alfred North Whitehead.

La otra corriente filosófica importante derivada de las ideas de Kant es el positivismo. Las ideas de Comte son contrarias a las de Hegel y expresan que lo único real y existente es lo que puede ser experimentado, medido y catalogado a través del método científico.

Esto quiere decir que las preposiciones de la metafísica son verdaderas, pues no derivan de la experiencia. Según Comte, la metafísica es un modo de conocer propio de una época de la humanidad, donde las ilusiones de la razón que no tienen base en la realidad positiva, son rechazadas y olvidadas. La metafísica es un modo de conocer propio de una época de la humanidad, destinado a se superada por la época positivista.

Durante la época moderna, la metafísica sufrió muchas diversificaciones de filosofías que la exaltaron y la humillaron, que la relevaron o que la tomaron como centro de su filosofía. Sin embargo, podemos llegar a la conclusión de que a pesar de esto la metafísica es y será uno de los temas más importantes de la filosofía, bien porque se considere el más importante, o bien porque se resista y se pretenda dejar de lado.


ONTOLOGÍA MEDIEVAL


La época medieval se caracterizo por el surgimiento de filósofos cristianos, quienes intentaron acomodar la idea de la Physis a la de Dios. Es decir que para ellos la physis es la creación. La doctrina cristiana se constituyo por dos dogmas principales, el dogma trinitario, en el cual en Dios hay una sola sustancia en tres personas distintas y el dogma cristológico, que distingue una sola persona, Cristo, como hombre y Dios perfecto, unión de las dos naturalezas divina y humana.

En esta época se tomaron las mismas categorías metafísica griegas y se adecuaron al cristianismo, por lo que es criticada por ser una época oscura para la filosofía sin embargo, respecto a esto Zubiri escribe

El cristianismo tiene una idea del mundo distinta ala de los griegos. La idea de mundo fue uno de los más importantes puntos de encuentro del cristianismo con la filosofía, y lo que forzó a los pensadores cristianos a elaborar un pensamiento filosófico propio, Puede decirse que originariamente toda la radical innovación que el cristianismo introduce en la filosofía es una nueva idea del mundo. Mientras los metafísicos cristianos, salvo en puntos concretos, absorben, depuran y elevan la metafísica griega, en cambio rompen con esta por su idea del mundo. Y ante todo por la raíz de este: el mundo esta “creado”. Este es su carácter último y para muchos pensadores un carácter formal e intrínseco del mundo en ciato tal. Mundo es entonces la totalidad del ente creado qua creado. Con ello, la metafísica se convierte en teoría de la creación”.

Para los escolásticos medievales el objeto propio de la metafísica fue un motivo de gran preocupación y se ocuparon en gran medida de las relaciones entre la metafísica y la teología. Agustín de Hipona reconcilia el pensamiento platónico con el dogma cristiano, esta obra se resume en la sentencia de “cree para entender”, pues la verdad buscada por la filosofía era Dios, y su acción intelectual quien es Cristo. En ontología San Agustín identifico a Dios con Ser, por ser el la identidad, la esencia. Dios es para el la inteligencia que contiene las ideas de las cosas del mundo sensible, esto significa que todas las cosas son obra e inspiración del El.

En esta época se manifestó el problema de los universales, que es la pregunta sobre el tipo y el conjunto de todo aquello que se asume como existente, es el nombre que se le da a un conjunto de cosas que comparten alguna característica, por ejemplo Hombre (cuando no referimos a todos los hombres), caballos, libros, etc. El problema surge cuando no se sabe real la existencia de estos términos. Boecio expreso respecto a esto que lo universal no podía ser sustancia, pues esta es singular (las cosas son singulares), y que lo universal era inmaterial y existía unido y confuso a los accidentes de las cosas (las cosas son universales, sin embargo esta proposición resultaba problemática para los filósofos a la hora de explicar la Trinidad la unidad de tres sustancias en una sola.

En la época medieval cabe destacar dos corrientes contrarias, el realismo y el normalismo, que intentaban dar respuesta a la pregunta sobre los universales. Los realistas pensaban que lo universal existe como una sola cosa, y que la existencia de las cosas estaba premeditada por la existencia de los universales. El más importante realista fue Santo Tomás de Aquino. El describió la metafísica como “la ciencia de la verdad, no de cualquier verdad, sino de aquella verdad que es el origen de toda la verdad, esto es, que pertenece al primer principio por el cual las cosas son. La verdad que pertenece a tal principio es, evidentemente, la fuente de toda la verdad” (Contra Gent., I, 1,2). Esto da como resultado que Dios sea el objeto de la metafísica y a la vez sea el estudio del ser o el ente, lo que da a pensar en una subordinación ante la teología por parte de la física, que es justificada por Santo Tomás por un acuerdo fundamental entre estos dos que dan como resultado la metafísica. Para Santo Tomás el propósito de la metafísica era el conocimiento de Dios a través de los seres finitos sensibles.

Los nominalistas, al contrario, consideraban los universales como irreales y abstracciones del pensamiento, pues para ellos pensar en la realidad de los universales era limitar la inteligencia y el poder de Dios.

El principal nominalista fue Guillermo de Ockham, quien considero a los universales como meros instrumentos del lenguaje que tomaban el lugar de las cosa cuando se hablaba de ellas. Lo universal eran simples términos para designar las cosas.

ONTOLOGÍA GRIEGA


Los primeros paradigmas fueron la pregunta por el cosmos, es decir comprender el principio del arjé (de donde nacen las cosas y a adonde revierten cuando mueren), y el de esta totalidad que nace y muere a la cual denominaron Physis (naturaleza). Estas preguntas fueron planteadas por los presocráticos a quien Aristóteles denomino “fisiólogos”. La pregunta sobre ¿Que es lo que es?, brota del principio del Physis, las sustancias que tienen un ciclo y que son el modo primerísimo del ser y conforman esta naturaleza. A su vez el Arjé es el principio generador de la Physis de donde vienen y a donde llegan esas sustancias, donde las cosas se reducen a él aunque él no se reduzca a ninguna. Respecto al arjé se dieron distintas propuestas, de las cuales se distinguen dos clases; los principios físicos, como principio que son elementos materiales, de la naturaleza, y los principios lógicos, cuando el arjé era indeterminado, un producto del pensamiento, es decir, no era natural ni material.

Tales y Anaxímedes, destacaron cada uno con el agua y el aire como el arjé. Después surgió el Apeirón, planteado por Anaximandro, que contenía toda causa de nacimiento y destrucción del mundo, pero el mismo era inmutable. También esta el ser como principio, que fue planteado por Parmenides de Elea quien lo explico como el ente que constituía todas las cosas y les daba su existencia, pero es perceptible nada más que por la razón. Este ser es lo permanente e inmóvil que puede ser captado por nuestra razón, a diferencia de la realidad o el devenir que es captada por los sentidos y es la apariencia mudable y cambiante de este.

Platón en cambio dividió la realidad en dos esferas; la esfera o mundo inteligible, de las ideas o formas perfectas, eternas o indivisibles y el mundo sensible, es decir el devenir, lo material y lo conocido a través de los sentidos. Para platón la verdadera y necesaria realidad se encontraba en el mundo de las ideas, pues no esta sujeto a cambios ni a corrupción, sino que están descritas siempre sin contradicciones, el mundo real era en cambio sombrío y cambiante a los sentidos, son la sombra de las ideas. Para ejemplificar esto Platón expuso el mito de la caverna, en el cual muestra a la humanidad prisionera de una caverna que confunde las sombras proyectadas en una sombra con la realidad y considera al filosofo como una persona que penetra el universo fuera de la caverna de la ignorancia y alcanza una visión de la verdadera realidad, el mundo de las ideas. Sin embargo existe aún un problema pues era difícil separar las cosas de las ideas ya que estas eran las causantes de las otras, esta cuestión fue tratada de resolver con la postulación del Demiurgo, un ser creador que relacionaba los dos mundos, sin embargo esta respuesta no fue totalmente satisfactoria por lo que Aristóteles presento otra en el que el ser es Sustancia. Esta sustancia es una combinación entre potencia y acto, entre aquello que puede ser (pero todavía no es) y aquello que ya es (también conocido como materia y forma). Las cosas eran un compuesto de materia y forma, y lo que distinguía una cosa de otra eran los accidentes que caracterizaban su forma. Estos eran percibidos por los sentidos pero no eran estos la sustancia sino solo la diferencia.

ONTOLOGÍA


DEFINICIÓN DE ONTOLOGÍA

En filosofía, la ontología (del griego οντος, genitivo del participio del verbo εἰμί, ser, estar y λóγος, ciencia, estudio, teoría) es una disciplina que la Escolástica medieval identificaba con la Metafísica . Ella es considerada, tal vez, como la más importante de las disciplinas filosóficas, que estudia lo que es en tanto que es y existe como sub-stantia de los fenómenos. Por ello la metafísica es muchas veces, más erróneamente, estimada como ontología, teoría del ser, es decir, el estudio de todo lo que es: qué es, cómo es y cómo es posible. La ontología se ocupa de la definición del ser y de establecer las categorías fundamentales o modos generales de ser de las cosas a partir del estudio de sus propiedades, estructuras y sistemas. Tradicionalmente, gracias a la Escolástica medieval, se le conoce como una rama de la Metafísica y se ocupa de cuestiones como la existencia de los entes, cómo esos entes pueden ser clasificados dentro de una jerarquía, y subdivididos de acuerdo a similitudes y diferencias.

Por ello, trata de escribir o proponer las categorías y relaciones básicas del ser o la existencia para definir las entidades y de qué tipo son. Las entidades comprenden los objetos, las personas, los conceptos, las ideas, las cosas, etc. En cierto modo, reflexiona sobre las concepciones de la realidad, sus relaciones y características.

Estudiantes de Aristóteles utilizaron el término metafísica por primera vez (literalmente quiere decir "después de la física") para referirse a lo que su maestro describió como "filosofía primera", posteriormente conocida como ontología. "Qua" significa "en la capacidad de". Por consiguiente, la ontología es la investigación del ser en tanto que ser, o del ser en general, más allá de cualquier cosa en particular que es o existe. Es también el estudio de los seres en la medida en que existen, y no en la medida en que hechos particulares obtienen de ellos o propiedades particulares para ellos. Tome cualquier cosa que pueda encontrar en el mundo, y obsérvelo, no como a una mascota o a una rebanada de pizza, una silla o a un presidente, sino simplemente como algo que es. Más específicamente, la ontología se encarga de determinar qué categorías del ser son fundamentales y se pregunta si a los objetos en esas categorías se les puede calificar de “seres”, y en qué sentido.

Algunos filósofos, sobre todo de la escuela de Platón, sostienen que todos los sustantivos se refieren a entidades existentes. Otros afirman que los sustantivos no siempre nombran entidades, sino que ofrecen una forma de referencia a una colección de objetos o sucesos. En este sentido, la mente, en lugar de referirse a una entidad, se refiere a una colección de sucesos mentales experimentados por una persona.

Historia del término

Al parecer el primero en usar la expresión “ontología" (aunque con caracteres griegos) en sentido filosófico fue Rodolfo Goclenio en obra Lexicon philosophicum, quo tanquam clave philosophiae fores aperiuntur en el año 1613. Se afirma allí que la ontología es la filosofía del ente.

Después de diversos usos y su paso a caracteres latinos, Leibniz usa la expresión en su Introductio ad Encyclopaediam arcanam y la define como “ciencia de lo que es y de la nada, del ente y del no ente, de las cosas y de sus modos, de la sustancia y del accidente”.

Ya como término técnico la encontramos en la obra Ontologia sive de ente in genere de Jean Le Clerc publicada en 1692. Y Christian Wolff la populariza definiéndola como “ciencia del ente en general, en cuanto que ente”. Afirma que usa un método demostrativo o deductivo y analiza los predicados que corresponden al ente en cuanto ente.

Todos estos sentidos contribuyeron a identificarla en la práctica con la metafísica.

 El problema ontológico

El problema central de la ontología fue presentado muy elocuentemente por Willard van Orman Quine en su artículo Sobre lo que hay:

Un rasgo curioso del problema ontológico es su simplicidad. Puede formularse en dos monosílabos castellanos: « ¿Qué hay?». Puede además responderse en una sola palabra: «Todo», y todos aceptarán esta respuesta como verdadera. Sin embargo, esto es sólo decir que hay lo que hay. Queda lugar para discrepancias en casos particulares; y así la cuestión ha persistido a través de los siglos.
En general, cada uno de estos "casos particulares" presenta un problema distinto. Desde la segunda mitad del siglo XX, el naturalismo imperante ha determinado que los debates metafísicos sean principalmente acerca de la existencia o no de todo aquello que parece entrar en conflicto con la descripción del mundo provista por las teorías científicas más exitosas. Esto se refleja en la elección de algunos de los casos que se mencionan a continuación:
  • Las entidades abstractas: Es ampliamente aceptado que todas las entidades caen en una de dos categorías: o son abstractas, o son concretas. Los números, los conjuntos y los conceptos son algunos ejemplos de entidades que intuitivamente clasificamos como abstractas, mientras que el planeta Venus, este árbol y aquella persona son ejemplos intuitivos de entidades concretas. Sin embargo, todavía no existe un criterio aceptado para decidir cuándo una entidad es abstracta y cuándo concreta, aparte de la intuición. Además, tampoco existe acuerdo sobre si las entidades abstractas siquiera existen, y en caso de que existan, sobre cuáles existen.

  • Las entidades del sentido común: Al encontrar una silla, ¿debemos decir que lo que hay en el mundo es una silla? ¿O sería más correcto decir que lo que hay, estrictamente hablando, es un montón de moléculas? ¿O quizás un montón de átomos? Y está claro que este argumento puede extenderse a muchas otras entidades del sentido común.

  • Los universales: Los universales (también llamados propiedades, atributos o cualidades) son los supuestos referentes de los predicados como "verde", "áspero", "amigo" o "insecto". La existencia de los universales se postula para justificar nuestra manera de hablar acerca de los individuos. Así por ejemplo, estamos justificados en decir de una planta que "es verde", porque la planta posee el universal verde, o alternativamente porque el universal verde esta presente en la planta. Además, podemos decir de varias cosas que "son todas verdes", porque el universal verde, siendo algo distinto de las cosas, está sin embargo presente en todas ellas. El problema de los universales es acerca de si los universales existen, y en caso de que así sea, cuál es su naturaleza: si existen en las cosas (in re), o independientemente de ellas (ante rem), o en nuestra mente, por mencionar algunas posturas.

  • La mente y lo mental: Al abrir una cabeza, lo que vemos no es una mente, con pensamientos, ideas y recuerdos, sino materia. ¿Será que lo mental es una ilusión, y que todo lo que hoy describimos en términos mentales puede reducirse a los procesos físicos que observa la ciencia? ¿O será que lo mental es algo efectivamente existente, inmaterial e inobservable? Para un poco más de discusión, véase El problema mente-cuerpo, abajo.

  • Los agujeros: A primera vista, los agujeros están "hechos de nada". ¿Como es posible, pues, referirnos a ellos como si fueran objetos comunes? ¿Cómo es posible percibirlos? ¿Qué percibimos?
La ontología como disciplina diversa de la metafísica

Dada la acepción cada vez más restringida que la ontología iba tomando, dentro de la Neoescolástica quedó como una investigación de las propiedades llamadas Trascendentales. De ahí que Kant pueda afirmar –trasladando esta noción a su propia filosofía–, que la ontología es el estudio de los conceptos a priori que residen en el entendimiento y tienen su uso en la experiencia, llevando la noción hacia un sentido más inmanente.

Husserl

Según Husserl la ontología es una ciencia de las esencias que puede ser formal o material. La primera se dedica a las esencias formales, es decir, a las propiedades de todas las esencias. Las ontologías materiales tratan de esencias materiales y se restringen según los modos de sus objetos. Por tanto, son llamadas también “ontologías regionales”. Obviamente la ontología formal abarca todas las materiales e incluso las del ser...

Heidegger

Heidegger afirma que existe una ontología fundamental que es llamada “metafísica de la existencia” que se encarga de descubrir “la constitución del ser de la existencia”. La ontología se refiere entonces a las condiciones de posibilidad de las existencias o al ser mismo en su apertura originaria.
Además, insiste en diferenciar la metafísica de la ontología, alegando que son radicalmente distintas, pues la primera confunde ser con ente; mientras que la segunda, parte precisamente del hecho de que son diferentes.

Hartmann

Partiendo de una crítica de la noción de ontología como metafísica y con ella de toda la escolástica, Hartmann afirma que la ontología es en realidad la crítica que permite descubrir los límites de la metafísica y qué contenidos pueden ser considerados racionales o inteligibles.